No se entiende como es que todo el dinero que representa el 4% del Presupuesto Nacional para la educación, haya servido para tan poco o sencillamente se desaparezca como por arte de magia.
Tanto dinero ni siquiera calma el dolor de cabeza de los padres al inicio de cada año escolar. Imperdonable que todavía estudiantes queden fuera de las aulas, y que las autoridades solo se limiten a informarlo anualmente.
Estudiantes fuera de las aulas y por consiguiente, alquileres de locales y cupos en colegios privados, en cuyos pagos las autoridades se atrasan; cambio de uniformes y textos cada año, útiles escolares caros, aumento de precio de los colegios, este año hasta de un 75 %, y un gran etcétera.
Situaciones todas previsibles, pero que las autoridades la manejan como si no existieran.
Los padres exclaman ¿hasta cuando? y lo hacen con su razón. Esta carga tan pesada en algún momento debe aligerarse, para algo debe servir tanto dinero y tantas inauguraciones de centros educativos, los que al parecer se construyen sin una planificación.
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