Pura y simple

Todo lo que rodea a este incidente es incomprensible

 

La libertad no es tan pura ni tan simple, por lo menos la que la corte de apelación concedió ayer al ciudadano cubano Julio César Llorente López, que terminó preso en una celda de máxima seguridad de Najayo por una injustificable bofetada a un agente de Digesett. Un hecho reprobable que hemos visto anteriormente y que no tuvo las mismas consecuencias para aquellos otros agresores.

Todo lo que rodea a este incidente es incomprensible. Desde su golpe a un agente de tránsito, al calvario que el sistema le hizo pasar. Celda de máxima seguridad, detención ilegal, un ojo morado (es lo que se vio), revisiones de medidas de coerción aplazadas…

A final, «libertad pura y simple», porque como dictaminó  la Corte «el acusado fue apresado de manera ilegal, un día después del incidente y sin la orden de un juez».

Todo el que pudo hacer algo mal en este caso… lo hizo. La pregunta obligada es ¿habrá consecuencias para los que cometieron una ilegalidad desde el abuso de poder que les permitieron sus posiciones y sus uniformes? ¿Cuántos presos, (por favor, no usemos el término «privado de libertad» para suavizar, que estar preso no tiene nada de suave), están en esa situación hoy? ¿Quién investigará a los policías que le detuvieron ilegalmente, a quien dictó la injusta medida del apresamiento, al que le encerró en una celda de máxima seguridad? ¿Quién identificará al que le golpeó hasta dejarle el ojo morado?

Pero más importante… ¿dejamos este asunto así, ya que le concedieron «la libertad pura y simple»?

La reforma de la policía cuesta dinero y costará tiempo. La educación ciudadana y la violencia social que se manifiesta en una agresión a un agente de tráfico costará más tiempo todavía.

Por eso no se pueden «dejar las cosas así»…

Nos permitimos compartir el AM del periódico diariolibre correspondiente al viernes 15 de septiembre de 2023

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