Nos preocupa que el puente peatonal que une a las comunidades de Los Quemados con Monte Negro, en San José de Ocoa, no haya sido prioridad para el ministro de Obras Públicas, al momento de iniciar el programa de reparación y mejoramiento de ese tipo de estructuras en localidades del país.
Al menos ese fue el anuncio, no sabemos si realmente el programa de reparación arrancó, porque no se sabe nada, desde los trabajos en el puente Juan Bosch. El plan estaba para iniciar el pasado 30 de agosto.
Parte el alma y entristece que Deligne Ascención tenga equipos de hombres trabajando en la reparación del puente Mauricio Báez, sobre el río Higüamo, de San Pedro de Macorís, conociendo bien la situación inhumana que viven los residentes en Monte Negro y otras 17 comunidades de Ocoa.
La falta de ese puente sobre el río Nizao, que comunique las comunidades de Monte Negro y Los Quemados en Rancho Arriba, San José de Ocoa, impidió hace poco que una mujer en estado agónico fuera llevada rápido a un hospital, lo que le costó la vida.
En su traslado se perdió tiempo al no poder cruzar el río en el vehículo que la transportaba. Munícipes sacaron del carro desesperadamente a la dama, la cargan y la cruzaron a pie hasta el otro lado del río. Esta escena se ha repetido ya varias veces en los últimos 35 años.
La única vía de acceso que tiene esta localidad cuando está lloviendo es un puente de soga y madera que hicieron los residentes del lugar. La situación también es traumática para estudiantes, deportistas y agricultores, estos últimos no pueden llevar sus productos a los mercados.
Confiamos en la sensibilidad del presidente Luis Abinader, a quien su lado humano lo hará entender que Monte Negro es realmente una emergencia nacional.