El Partido Revolucionario Moderno (PRM) y el Gobierno del presidente Luis Abinader a pocos días de dar inicio a un nuevo periodo gubernamental viven una “Guerrita” de baja intensidad por algunos desacuerdos en la conformación de algunas designaciones en su nueva gestión.
Según nos hemos enterado las contradicciones están tan altas entre esos sectores que la misma impidió que la semana pasada se diera a conocer la segunda ronda de publicaciones vía whatsapp con nuevas designaciones.
El problema viene porque, según nuestra fuente, que entre los grupos en pugnas hay una diferencia en cuanto al método de reparto, ya que uno entiende que es hora de que se terminen de colocar en el tren gubernamental a la mayoría de perremeístas. Y el otro, el más beligerante, que es partidario y defensor rabioso de que en la actual coyuntura se debe priorizar la línea de su jefe político y presidente de la República Luis Abinader que desea realizar una gestión histórica que garantice el menor ruido posible y sin exclusividades partidarias.
En otras palabras, lo que ese sector plantea es que al presidente se le deje las manos libres para que sea él quien decida cuales serían los funcionarios que le acompañarán en la difícil tarea de gobernar estos próximos cuatro años.
Según avanzan los días, la confrontación es más terrible, la aprensión más elevada y la agitación más intensa, dado el hecho de que como es sabido de todos no hay cama para tanta gente ni sombrero para todas las cabezas.
El presidente Luis Abinader se encuentra en estos momentos en medio de una gran guerra, una enorme disyuntiva que lo presiona, porque de esa “Guerrita” se podría derivar en esa organización política el preludio de una división no deseada.
Pero lo más preocupante quizás para el jefe de Estado, además de lo arriba señalado, es que si por complacer las demandas de sus compañeros de partidos, de sólo designarlos a ellos en posiciones en el tren gubernamental, el gobierno se le torne caótico por las ambiciones desatadas de funcionarios con proyectos presidenciales y otras posiciones electivas.
El autor es periodista y magíster en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo.
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