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Santo Domingo Este._ Nos llega a través de nuestro Whatsapp, la denuncia de una estafa presumiblemente desde cárceles dominicanas, y otros tres intentos que los reclusos no pudieron materializar, gracias a las habilidades de las personas escogidas para hurtar.
Un dominicano de 53 años de dad, que reservó su identidad, habría depositado RD$70 mil en dos partidas de RD$50 mil y RD$20 mil, para recibir a través de una agencia de envíos, supuestos tanques con comida y ropa y teléfonos iphone que le enviaría una sobrina desde Estados Unidos.
Toda la conversación con el señor fue por vía whatsapp, llamadas directas, notas de voz y de texto, aseguró que la joven hablaba como su sobrina, y se convenció cuando la muchacha preguntó por algunos miembros de la familia.
Momentos después de depositar los primeros RD$50 mil, siguiendo las orientaciones de su supuesta pariente, recibió otra llamada, la que habían acordado, para coordinar lugar y hora de retirar el envío, pero el contacto tenía otros propósitos.
«Mi supuesta sobrina dice que junto a los tanques de ropa venían tres iphone, y que para enviarlos se necesitaban otros RD$20 mil. Cuando iba a colgar la llamada, lo último que oí fue tío date rápido, un teléfono es tuyo, guardarme los otros dos, y no se los enseñe a mami», explicó.
El tío estafado hizo el segundo depósito en igual tiempo que con la primera transacción, pero jamás lo volvieron a llamar y nunca consiguió que timbraran, los dos números telefónicos del que lo habían estado contactando. Corrió a la sucursal bancaria, y todo el dinero ya había sido retirado.
En todo momento, la muchacha le decía a su supuesto tío, que le devolvería todo el dinero cuando regresara a la República Dominicana, viaje que dijo tenía programado para dentro de unos días.
Los antisociales también intentaron estafar a un dirigente medio de uno de los partidos mayoritarios del país. Recibió una llamada telefónica de su jefe político, pidiéndole depositar RD$60 mil, para que pudiera retirar de Aduanas una amplia lista de electrodomésticos, los que debía distribuir en el municipio donde es parte de su equipo de campaña.
«No caí en esa hermano mío. Cuando finalmente me pude comunicar con el líder, bloquié el número y borré toda la conversación. No te envío la lista de electrodomésticos, porque realmente borré toda esa cosa», expresó.
Además, los delincuentes maniobraron para estafar a una dominicana, de 40 años. Hicieron todo lo posible, para hacerla pagar una supuesta deuda que, según los que se comunicaron con ella, vía telefónica, se había contraído desde su teléfono celular.
La forma en la que los antisociales actuaron en otros dos intentos de estafas, ya son bien conocidas. Llamadas pidiendo transferencias o recargas para supuestamente ayudar a algún familiar que dicen sufrió un accidente y para que retiren premios que se habrían ganado en concursos de determinadas empresas.
La gran mayoría de esas estafas por redes sociales o vía telefónica son cometidas por privados de libertad, que han hecho de las cárceles “su centro de mando”, un problema que se ha intentado detener desde hace años con planes que no han dado frutos o se han dejado sin efecto.
Hace dos años y 10 meses, el presidente Luis Abinader, al dar detalles de sobre la ejecución de una reforma penitenciaria integral, afirmó que “una parte importante de los crímenes se están organizando desde las cárceles”, y dijo que el Gobierno bloquearía la comunicación ilegal de los presos con el exterior para de esa forma reducir el radio de acción del crimen organizado.
Dos semanas antes de esas declaraciones de Abinader, y luego de una trifulca ocurrida en la Penitenciaría Nacional de La Victoria, que dejó tres reclusos muertos y otros diez heridos, las autoridades realizaron una requisa donde ocuparon, entre otras cosas, más de 20 teléfonos celulares y tres routers para Internet.
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