InicioOpiniónEsperanza en medio del sufrimiento

Esperanza en medio del sufrimiento

La pena, la tragedia, el desconsuelo, conecta a las personas y fomenta la solidaridad

 

Mucha información se ha compartido y recibido con relación a la tragedia producida la madrugada del martes 8 de abril de 2025, en Santo Domingo, donde la ciudad fue sacudida por una de las tragedias más devastadoras en su historia reciente dejando a cientos de personas fallecidas y heridas; sin dejar a un lado las implicaciones emocionales y espirituales.

Fue evidente acciones de solidaridad de parte de los dominicanos, apoyo psicológico y ayuda logística para las familias afectadas, en una situación que ha dejado una profunda marca en la sociedad, la cual será recordada por mucho tiempo y que ahora experimenta el dolor colectivo.

Eventos como estos, nos hacen pensar sobre la brevedad y fragilidad de la vida. Que sin proponerlo o buscarlos, los seres humanos estamos expuestos al sufrimiento como una experiencia universal que, aunque dolorosa, puede ser una fuente de aprendizaje y transformación.

La pena, la tragedia, el desconsuelo, conecta a las personas y fomenta la solidaridad en tiempos difíciles y nos da lecciones de aprendizaje a tomar en cuenta, pensar en nuestro Creador (Dios), pasar un balance de como es nuestro accionar en esta esfera temporal  de la vida que es pasajera.

C.S. Lewis, un escritor, académico y apologista cristiano del siglo 18, abordó el tema del dolor de manera profunda en su obra «El problema del dolor», reflexionaba sobre el sufrimiento humano desde una perspectiva cristiana, explorando cómo el dolor puede tener un propósito dentro del plan divino, aunque no sea del todo entendido por la razón.

Lewis argumenta que el dolor es una parte inevitable de la condición humana y que, aunque difícil de aceptar, puede ser un medio para el crecimiento espiritual. Una de sus frases más conocidas es: «El dolor es el megáfono de Dios para despertar a un mundo sordo». Con esto, sugiere que el sufrimiento puede llevarnos a reflexionar, a buscar consuelo en la fe que viene de Dios,  a encontrar un propósito más profundo en nuestras vidas y más cuando atravesamos por situaciones difíciles.

Además, Lewis destaca que el sufrimiento no es un castigo, sino una consecuencia de vivir en un mundo donde las voluntades libres y el orden natural permiten la posibilidad del dolor. Su enfoque combina empatía y lógica, ofreciendo consuelo a quienes buscan entender el sufrimiento desde una perspectiva espiritual.

Situaciones como la ocurrida en el denominado  «martes negro», deben recordarnos a los seres humanos  la importancia de abrazar, continuar compartiendo un mensaje de esperanza, buscar consuelo en la fe que viene de Dios, y transformar este dolor en un propósito de aprendizaje tanto a los afectados y los no afectados.

Honrar la memoria de las víctimas, trabajar por la prevención y construir un futuro más seguro mientras estemos aquí en la tierra, convertir el sufrimiento que ofrece la perspectiva cristiana en una fuerza impulsora para el cambio integral personal y colectivo.

Es una buena oportunidad como decía el Eclesiastés: 12: 1: «Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.» El pasaje nos invita a valorar el tiempo y las oportunidades que tenemos en la vida, reconocer la fragilidad de la existencia humana. También subrayar la importancia de vivir con propósito y gratitud, buscando una relación personal y real con Dios, que nos prepare para enfrentar los desafíos de la vida para la eternidad.

Recordar que, más allá de las pruebas, siempre hay una oportunidad para aprender, sanar y convertir el sufrimiento en una fuerza de cambio positivo que nos ayude a poner la mira en las cosas de arriba, donde esta el Creador y a entender de que en cualquier momento dejaremos esta tierra, sea cual sea la forma.

!Comparte esta información!

Noticias Relacionadas