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El Dios que Trabaja

Este día nos invita a honrar el trabajo y a quienes lo realizan

 

Hoy conmemoramos una fecha significativa que nos recuerda la lucha histórica de los trabajadores por derechos fundamentales. Es una ocasión para reflexionar sobre los desafíos laborales actuales, como la desigualdad salarial, el desempleo y la dignidad del trabajo, aspectos que siguen afectando a millones de personas en todo el mundo.

Pero más allá de la reivindicación laboral, este día nos invita a honrar el trabajo y a quienes lo realizan, reconociendo que el esfuerzo humano encuentra su máxima expresión en el carácter de Dios. Desde el principio de los tiempos, la Biblia nos presenta a un Dios que trabaja, no solo creando el universo, sino guiando, restaurando y transformando la historia de la humanidad con su propósito redentor.

En Génesis 1, el Creador nos deja un legado de orden, propósito y función en cada elemento de su obra maestra. La afirmación “bueno en gran manera”, más que una simple descripción, es un testimonio del esfuerzo y la dedicación invertidos en la creación. Dios establece el trabajo como parte fundamental de su diseño, mostrando que el esfuerzo y el compromiso son pilares del propósito divino.

Más aún, el plan de salvación nos revela que Dios nunca ha dejado de obrar. Desde la liberación de Israel en Egipto, hasta la vida, muerte y resurrección de Cristo, Dios ha trabajado incansablemente para restaurar la relación con sus hijos. La cruz representa la máxima expresión de su amor activo y redentor, demostrándonos que el trabajo no solo construye sociedades, sino que también es instrumento de transformación espiritual.

Esta fecha nos recuerda que Dios sigue trabajando en nuestra vida personal. Como dice Filipenses 1:6, «El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.» Su acción es constante, moldeando nuestras vidas, guiando nuestros pasos y renovando nuestro carácter.

El Dios que trabaja es el mismo que nos llama a trabajar con fe, entrega y propósito. Honremos el esfuerzo de quienes luchan cada día y recordemos que nuestro trabajo, sea cual sea, tiene valor cuando lo hacemos con dedicación, excelencia y bajo la dirección del Creador.

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