Cuando este trabajo salga a la luz pública, nuestro tradicional torneo de béisbol habrá terminado y todos tendremos un sólo propósito: abrazar nuestra bandera nacional y viajar a Jalisco, México, en busca de la corona en la Serie del Caribe. Sin embargo, aunque ya había explicado detalladamente el porqué Franklin Mirabal había logrado pasar con notas sobresalientes como narrador de los Tigres del Licey, después de 10 años de ausencia, estoy en la obligación de no ser indiferente ante algunas críticas injustas y juicios de valores artificiales, que más bien parecen destapar rencores escondidos y la falta de humildad de algunos, incluso, colegas suyo, para admitir que el editor deportivo del periódico Hoy ha constituido todo un fenómeno por su peculiar estilo de narrar los juegos para la cadena del Licey.
No seamos mezquinos, no hubo un rincón del país, donde no se celebraran sus famosas frases. Algunos fueron tan “enjundiosos” en sus análisis, que acudieron a odiosas comparaciones con leyendas de la narración internacional, como Buck Canel y Rafael -Felo- Ramírez. Las menciones de Roosevert Comarazamy, Santana Martínez, Rafael -Pappy- Pimentel, Osvaldo Rodríguez Suncar, Melvin López, Ricky Noboa, entre otros, fueron temas obligados.
Todos olvidaron que Mirabal fue el primero en llamarse animador del juego y no “narrador”, además de reconocer la calidad de sus colegas. Exigirle a Franklin una narración conceptuosa y ampulosa de lo que pasa en el juego, es negar a Luois Leclerk, conocido como el conde de Buffon, cuando dijo “Le style c’est l’homme méme”.
El estilo es el hombre mismo’. Nadie está obligado a elogiarlo, pero condenarlo es una insigne estupidez, pues el señor Mirabal logró con su estilo envolvente a través de una “malicia” graciosa, lo que busca cada emisor: las reacciones de sus receptores. Sin quizás, el mejor mensaje que envió el narrador del Licey a los jóvenes, es que se pueden llegar al pináculo de la fama, como le ocurrió en este evento, sin dejar de ser humilde y trabajador. Desde muy joven aquilaté la frase del estadista estadounidense, Franklin Delano Roosevert, cuando dijo en momentos muy difíciles para su país, que a lo único que había que tenerle miedo era al miedo mismo. Franklin Mirabal se atrevió a romper los moldes convencionales de la narración y logró salir por la puerta grande del éxito.
Grandes de la historia han enseñado a romper lo cotidiano. James Joyce con su Ulysses desató controversias interminables que conmovieron el mundo literario y William Faulkner con sus largos párrafos de abstrusa comprensión impuso un estilo. Ha ganada el béisbol bajo la conducción de Vitelio Mejía Ortiz.
Ha ganado el país.
No hay dudas, Franklin Mirabal fue un gran valor agregado para el espectáculo.
Se atrevió y triunfó.